- 30jul2012
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Neurociencia y recursos humanos
- Por superadmin
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La aplicación de la neurociencia al marketing cobra cada día más importancia. Buyology, de Martin Lindstrom, se ha convertido en un libro clave para entender cómo la neurociencia puede explicar muchas cosas en el mundo del marketing y sobre todo puede ayudar a las empresas a incentivar los procesos de compra.Buyology, de Martin Lindstrom, es el libro clave para entender cómo la aplicación de la neurociencia puede explicar muchas cosas en el mundo del marketing y sobre todo puede ayudar a las empresas a conseguir todavía más de los compradores. Por ejemplo, asociar un olor característico a un lugar concreto (la ahora tan famosa tendencia a apostar todo por el marketing olfativo) y, por supuesto, a una marca concreta activa las partes que impulsan la compra en el cerebro. Tocando las partes adecuadas del cerebro se pueden incentivar los procesos de compra… y analizando cómo el cerebro responde a los impactos publicitarios se puede medir su potencial eficacia. Pero la neurociencia también puede cambiar los recursos humanos, como explica Silvia Damiano en su muy visual libro Implícame. Reflexiones inspiradoras para directivos que buscan el compromiso (Gestión 2000). Los empleados implicados rinden un 20% más que los que no lo están y sobre todo son un 87% menos proclives a dejar la firma, según un estudio de Hay Group con el que se abre el libro. Para conseguir esa implicación clave para retener y sacar lo mejor del talento hay que potenciar, según Damiano, el compromiso, el disfrute y la conexión con el puesto de trabajo.
Un empleado feliz es más eficaz
La neurociencia, apunta Damiano, da las claves para conseguir y afianzar estos puntos de unión. La neuroplasticidad, por ejemplo, es clave para conseguir la mayor concentración posible en el puesto de trabajo (¡y un empleado contento es un empleado concentrado!). Las conductas de juego, estudiadas por el médico estadounidense Stuart Brown, permiten estudiar y analizar el entorno de trabajo: un equipo que se ríe, que se divierte, que juega trabajando, es mucho más eficaz y mucho más productivo, según los datos de Damiano, ya que una persona feliz está, sencillamente, más a gusto en su trabajo.
Estos son sólo algunos de los ejemplos que Silvia Damiano emplea para demostrar lo mucho que se puede aprender de la neurociencia en recursos humanos. Si los responsables de marketing ya han aprendido a leer en nuestros cerebros de sus errores para conseguir ser más eficaces, ¿por qué no deberían los responsables de RRHH aprender de esas lecciones para hacer más feliz la vida de sus empleados?
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