- 22ago2013
-
Tecnología y educación: nuevos recursos
- Por superadmin
- 0 Comentarios
Sistema computacional potencia el aprendizaje. Los recursos educativos que ofrece la web ahora están en sintonía con la forma como aprende cada persona. Agentes de inteligencia artificial orientan los contenidos virtuales, para que el estudiante los incorpore de manera más ágil y eficiente. Es una integración eficaz de TIC y pedagogía.
Internet se ha convertido en una herramienta educativa primordial para profesores y estudiantes, que aprovechan los múltiples recursos que ofrece. Así, dinamizan la enseñanza con estrategias interactivas que facilitan la adquisición del conocimiento.Por: Ana María Escobar Jiménez, Unimedios, enero de 2013
Sin embargo, la saturación informativa del ciberespacio causa confusión en la comunidad educativa; en especial con respecto a la manera adecuada de buscar y de obtener datos confiables que, además, concuerden con la forma como aprende cada individuo.
Por ello, el Grupo de Ambientes Inteligentes Adaptativos (GAIA) de la Universidad Nacional de Colombia en Manizales trabaja en articular pedagogía y tecnología en alianza con varias universidades: la de Girona (en España), mediante un proyecto aprobado por Colciencias; la de Río Grande del Sur, la Federal de Ciencias de la Salud y la de Santa Catalina (las tres de Brasil); y la de Caldas (con su grupo Innova-Acción Educativa).
“La tecnología no lo es todo. Los procesos pedagógicos no se tienen en cuenta y se desaprovecha el poder de la virtualidad para personalizar el aprendizaje”, expresa el profesor Néstor Darío Duque Méndez, director de GAIA.
Paula Andrea Rodríguez, de la Maestría en Ingeniería de Sistemas de la UN en Medellín e integrante del grupo, desarrolló el programa Búsqueda y Recomendación de Objetos de Aprendizaje (BROA), que dirige la consulta del material educativo basándose en la manera como aprende cada persona.
Su enfoque es multiagente (SMA). Lo que significa que usa entidades de inteligencia artificial (pequeños programas computacionales integrados dentro de un software) diseñadas con una dinámica de roles, es decir, que funcionan como si fueran personas.
En este caso, hay cinco agentes que se distribuyen las tareas: dos se encargan de administrar los perfiles del usuario y los recursos didácticos; y tres asumen la recomendación que se efectúa.
Rodríguez precisa que esto último se hace de tres maneras: “Por contenido, enfocándose en un perfil creado por el estudiante y comparando los metadatos (información que describe la ayuda educativa). Por filtrado colaborativo, que parte del hecho de que los objetos de aprendizaje que le gustan a un usuario les pueden interesar a otras personas con perfiles similares. Por conocimiento, retomando el historial de navegación del usuario”.
Una vez procesados los datos, los agentes se comunican entre sí, cotejan el estilo de aprendizaje con el material virtual, deciden qué es lo más adecuado para cada caso y entregan la información adaptada a las características, preferencias y necesidades del usuario (véase tabla 1).
Además, al ser varios, se aprovecha la ventaja del procesamiento en paralelo, pues los procesos de recomendación se ejecutan simultáneamente.
Aprendizaje personalizado
Según estudios de Catalina Alonso y Domingo Gallego, expertos españoles en tecnología educativa, el estilo de aprendizaje de los estudiantes es el factor más relevante para entregarles recursos que los apoyen. “Los estilos corresponden a la forma como las personas –centrándose en uno de sus sentidos– procesan, entienden y desarrollan el conocimiento”, manifiesta Josefa Quintero Corzo, doctora en Educación y directora del grupo Innova-Acción Educativa.
Este equipo y el GAIA trabajaron en integrar los dos modelos pedagógicos en los que se basa el sistema BROA. Uno es el cuestionario VARK (visual, auditivo, lector y kinestésico), que permite identificar cuál de estas vías tiene más desarrollada una persona. Su implementación contó con la certificación de la Universidad de Lincoln (Nueva Zelanda). Allí, el profesor Neil Fleming autorizó su uso libre y algunas modificaciones para la traducción al español. El otro es el test de los investigadores Felder y Silverman, que proporciona los rasgos cognitivos, afectivos y fisiológicos del individuo que lo diligencia basándose en la distinción global/secuencial (los estudiantes secuenciales aprenden poco a poco, en forma ordenada; los globales lo hacen de forma integrada).
Ambas propuestas se conjugaron para clasificar al estudiante en una de ocho categorías evaluadas (véase tabla 2).
“La clasificación de estos estilos fue probada y validada en distintos proyectos de educación virtual en colegios de secundaria y en grupos de control. Así, desde el punto de vista de la adaptación, se observó que los estudiantes mejoraron su aprendizaje”, precisa el profesor Duque Méndez.
Las ayudas virtuales
El sistema BROA requiere que el usuario elabore su perfil –durante un tiempo aproximado de 10 minutos– respondiendo 24 preguntas basadas en los cuestionarios VARK y Felder y Silverman. Una vez determinado el perfil, puede empezarse la búsqueda. Para ello, el estudiante digita el tema que desea consultar y el sistema recomienda los recursos web más adecuados para su estilo. Si una persona revela que prefiere las imágenes, entonces le recomendará videos, fotos y gráficos.
Para el proceso, se debe ingresar a la página web de la Federación de Repositorios de Objetos de Aprendizaje de Colombia (FROAC), proyecto que busca enlazar todas las entidades de este tipo en el país y en el que las sedes de la UN tienen a disposición su material educativo (http://froac.manizales.unal.edu.co/froac/).
“Esto le otorga un valor agregado al sistema, en vista de que la plataforma FROAC garantiza su calidad, pues todos sus recursos educativos han sido evaluados por la UN para verificar que el proceso de etiquetado sea correcto”, puntualiza Rodríguez.
Fuente:http://www.unperiodico.unal.edu.co/dper/article/sistema-computacional-potencia-el-aprendizaje.html
CATEGORIES tendencias
COMENTARIOS