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11nov2013

¿Ser guapa es un problema?

  • Por superadmin
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La belleza se considera un factor positivo, pero algunas investigaciones indican que a veces puede convertirse en un obstáculo en el trabajo, incluso motivo de despido

Jordi Jarque

 

Debrahlee Lorenzana: despedida del Citibank por ser demasiado guapa.

Debrahlee Lorenzana: despedida del Citibank por ser demasiado guapa.

 

Ni pensamientos positivos, ni vocación, ni habilidades, ni competencias. Aunque generalmente se piensa la belleza como factor positivo, si una mujer es demasiado atractiva esto puede convertirse en un problema para conservar su puesto de trabajo. Puede parecer anecdótico, pero ejemplos no faltan. Y no solamente para mantener el puesto, sino también para conseguirlo.

Si bien es cierto que algunos estudios indican que ser guapo puede ser una ventaja para superar los primeros filtros de una entrevista laboral, otras investigaciones indican lo contrario. ¿Hasta qué punto el aspecto físico determina continuar trabajando o encontrarlo? ¿Sucede lo mismo con el hombre?

“A priori no garantiza nada tu aspecto físico ni en un sentido ni en otro”, asegura Elisa Sánchez, psicóloga, directora de Idein, experta en selección de personal y búsqueda directa, pero añade que también depende de los prejuicios instalados en la cultura predominante. Sonia Lores, cazadora de talentos durante trece años, señala que va por países, pero los estereotipos pesan, “y el de rubia guapa y tonta, por ejemplo, todavía pulula en algunas mentes”. Julián Gabarre, presidente del Instituto Superior de Morfopsicología, fue director de personal y consejero delegado del grupo hospitalario HHSCJ durante varios años, y conoce de primera mano casos dónde el atractivo físico ha determinado algunas decisiones tanto en un sentido como en otro. “Hay laboratorios que preferían coger las chicas más guapas y, en algunos casos, el que sean sexis ha provocado más de un problema”. Mientras que Esther Casademont, socia directora durante más de veinte años de una empresa de búsqueda y selección de personal de alto nivel, comenta su experiencia: “Aunque no me guste decirlo, yo he encontrado que sí influye, no tanto en el momento de la contratación como en el del proceso de selección”.

No se trata de un viaje en el tiempo a decenas de años atrás. Ejemplos drásticos actuales no faltan. Como el que saltó en los medios de comunicación hace tres años cuando una ejecutiva estadounidense fue despedida de Citibank por ser demasiado atractiva, según palabras de la propia protagonista, Debrahlee Lorenzana. A su vez, ella demandó a la empresa. La entidad financiera argumentó que dicha ejecutiva vestía con ropa demasiado ajustada y altos tacones y que eso distraía excesivamente a sus compañeros de trabajo, era una provocación, a lo que ella replicó que los clientes nunca habían formulado queja alguna y que otras empleadas vestían igual o más provocativamente y nadie les había dicho en cambio nada. Pero no tenían un cuerpo tan perfecto, según adujo la propia empresa.

No sólo en el sector de las grandes finanzas y ejecutivas de alto nivel

Las maestras tampoco escapan a esta mirada, como le sucedió a Michela Roth en Italia hace un año, al desarrollar una actividad en su tiempo libre que produjo algunas reacciones. Los padres no dejaron que sus hijos fueran a la guardería hasta que despidieran a la maestra por ser demasiado sexy. Su pecado era haber posado como modelo para un calendario en actitudes sensuales y haber ganado varios concursos de belleza. Aún así, Michela Roth no mostró rencor y decidió no denunciar por discriminación a los padres de la guardería italiana. No es un caso excepcional. En el presente año, otra profesora, Olivia Sprauer, también fue despedida por trabajar, también en su tiempo libre, como modelo de ropa interior. El director del instituto Martin County High School English, en Florida, descubrió una sesión de fotos en la que la educadora posaba en bikini de forma sexy.

Ni ejecutivas, ni maestras en instituciones. ¿Es generalizable? Vean. A finales del año pasado, James Knight, un dentista con clínica propia, puso de patitas a la calle a su ayudante Melissa Nelson con el único argumento de que resultaba tentadora, muy atractiva. No fue idea de él, sino de su mujer, que creía que tras diez años trabajando juntos podía pasar cualquier cosa. El caso es que el Tribunal Supremo de Iowa, en Estados Unidos, decidió unánimemente que es legal despedir a una empleada si la atracción es irresistible. Vaya, que mejor no ser tan guapa y atractiva.

 

¿LinkedIn censura la belleza?
Y si todavía están perplejos por lo que acaban de leer, la guinda la ha puesto hace cuatro meses LinkedIn, una red social de contactos profesionales, que obligó a cambiar los anuncios con los que la empresa de contratación de ingenieros Totpal se anunciaba en el portal por utilizar imágenes de jóvenes supuestamente demasiado atractivas para la realidad del sector, según se hizo eco The Daily Dot. El caso es que una de las fotografías pertenece efectivamente a una ingeniera informática. El director de Toptal, Taso du Val, lamentó que LinkedIn aceptara la protesta de usuarios de la red social que aseguraban que las imágenes del anuncio no se correspondían con la realidad de los trabajadores en ingeniería informática. Al menos LinkedIn finalmente rectificó y aseguró que todo se debió a un error en un proceso rutinario de revisión de contenidos. Vaya.

Sea un error o no, Esther Casademont explica que no se trata de una anécdota. Esta experta comenta que todavía no se asocia el ser atractivo con puestos técnicos, ingenierías, investigación o plataformas de desarrollo industrial. Y no solamente no se asocia: “El ser guapas ha sido un handicap. Hay clientes nuestros que han desestimado alguna propuesta por el mero hecho de las solicitantes eran guapas, muy guapas, a pesar de cumplir sobradamente todos los requisitos que requerían para desempeñar su labor técnica”. Julián Gabarre también se ha abstenido de presentar ante algunas empresas “un rostro excesivamente llamativo, atractivo y seductor en una selección de personal porque ya sé que lo van a rechazar. Hay empresas que no lo querrán porque lo asocian a una imagen de poca seriedad”. Sonia Lores añade que para mandos intermedios y superiores, “si me he encontrado con una candidata con una belleza por encima de la media, me lo he tenido que pensar más que con el resto porque puede ser un factor que, a priori, juegue en contra cuando la propones a la empresa que requiere de sus competencias profesionales”.

Las investigaciones llevadas a cabo también apoyan este extremo.

Una de ellas, recogida en Social Science Research Network hace tres años y actualizada en junio del 2013, llegó a la conclusión de que ser atractiva puede reducir hasta un 30% las posibilidades de conseguir una primera entrevista de trabajo, cosa que no sucede con los hombres. El estudio fue realizado en Israel por Bradley J. Ruffle y Ze’ev Shtudiner, ambos de los departamentos de Economía de la Ben-Gurion University of the Negev y del Ariel University Center.

Sus autores explican que querían investigar hasta qué punto es importante el atractivo físico en el proceso de contratación y, en lugar de hacerlo en un entorno controlado, de laboratorio, decidieron confeccionar 5.312 curriculum vitae para 2.656 ofertas de trabajo reales. Así que enviaron dos curriculum prácticamente idénticos para cada oferta, pero con una diferencia sustancial entre uno y otro: la foto. En uno el supuesto candidato no enviaba foto, mientras que en el otro se enviaba una foto de hombre o mujer atractivo o de un hombre o mujer del montón. ¿A quién llamaría la empresa para realizar esta primera entrevista?

Las llamadas a los curriculum con la foto de un hombre atractivo fueron significativamente más altos que aquellos que se enviaron sin ninguna foto, y casi el doble que los que llevaban una foto de hombre de aspecto corriente. En cambio, en el caso de los curriculum con fotos de mujeres atractivas fueron los que recibieron menos llamadas para esa primera entrevista, mientras que las candidatas sin foto son las que obtuvieron un mayor porcentaje de respuestas, más que las mujeres atractivas (un 30% más), y más que las mujeres de aspecto sencillo (un 22% más). Pero tal vez lo más llamativo es que los investigadores decidieron averiguar quién había realizado la primera criba para llamar o no a los candidatos, y en más del 90% de los casos se trataba de mujeres de entre 23 y 34 años y mayoritariamente sin pareja. “Analizamos una serie de explicaciones y se aportaron pruebas de que los celos femeninos hacia las mujeres atractivas en el lugar del trabajo es la principal razón para discriminarlas”, concluyeron los investigadores, algo así como que las encargadas de esta primera selección sentían envidia por el atractivo de las candidatas, al menos en este caso, porque no todas las investigaciones sobre la incidencia del atractivo obtienen los mismos resultados. Este mismo año, los investigadores Giovanni Busetta y Emanuela Visalli, del departamento de Ciencias Económicas de la Universidad de Messina, y Fabio Fiorillo, del departamento de Ciencias Sociales y Economía de la Universidad Politécnica delle Marche, en Italia, publicaron también sus conclusiones en relación con esa primera etapa del proceso de contratación según el atractivo de los candidatos. Resumiendo, en esta ocasión los hombres y mujeres atractivos recibieron el mayor número de las respuestas para realizar esa primera entrevista (cerca del 50%), mientras que los curriculum sin foto de mujeres extranjeras recibieron una respuesta de un 12% y el de las mujeres comunes sólo un 7%. En el caso de los hombres poco atractivos la respuesta fue del 26%.

Para los expertos, esta disparidad de resultados es normal porque depende tanto del país como de la cultura o los sectores en los que se desarrolla la actividad laboral. “En España prevalece el culto a la belleza por el sector servicios. Mientras que en Alemania es un país donde prevalece el desarrollo industrial y la investigación. Los estereotipos funcionan, como el de que las mejores secretarias son las feas, porque hay quien cree que si es muy guapa, estará en este puesto de trabajo no tanto por sus competencias como por su especial atractivo. Aún así, no se puede generalizar”, señala Sonia Lores.

 

El aspecto cultural

Por su parte, Elisa Sánchez incide en el aspecto cultural: “En algunos países latinos es normal que las mujeres vayan con escotes pronunciados, ropas ajustadas y tacones. En España no se acepta tanto, no se ve bien. Y mucho menos en países árabes. La belleza puede molestar”. Esther Casademont corrabora este extremo: “En igualdad de condiciones, me quedo con la más fea. Esto me lo ha dicho en más de una ocasión la persona que tenía que decidir con quién se quedaba finalmente entre varios candidatos. Esto en empresas de i+D. Pero en proyectos internacionales nunca me ha pasado. Aquí todavía prevalece una mentalidad ancestral y pueblerina. Eso sí, en el sector de la moda, de la cosmética y del lujo, así como en los departamentos relacionados con la imagen, las quieren guapas. Muchas veces ya me avisan: ‘ni me la traigas si no es guapa’”. Ante esta situación parece lógico encontrar personas que también se quejan de este otro extremo: hace dos meses un meteorólogo de Los Ángeles denunció a la cadena estadounidense CBS por excluirle de un proceso de selección para contratar en su lugar a una mujer joven y atractiva.

Sea lo que sea, todavía queda mucho camino que recorrer. “Falta mucha renovación en los puestos donde toman estas decisiones para no tener presente todas estas tonterías”, concluye Esther Casademont. Elisa Sánchez comenta que, en este sentido, cada vez hay más empresas que prefieren que en los currículum no se incluya una fotografía del candidato para no dejarse influenciar y atender exclusivamente las competencias de quien aspira al puesto de trabajo. “Hay países donde no está bien visto incluir la foto”, como Estados Unidos, Canadá, Inglaterra o Australia. “Incluso, en el caso de Estados Unidos, prefieren que no pongas ni la edad ni si tienes hijos o pareja. Prefieren centrarse en la profesionalidad y no caer en factores de discriminación”. En España va por sectores. En empresas relacionadas con la moda y la imagen, el 100% prácticamente es imprescindible la foto en el currículum, mientras que en el sector industrial cada vez más se tiende a no adjuntar fotografía. En cualquier caso, como recuerda Elisa Sánchez, para bien o para mal, la belleza no es indiferente, “la cuestión es cómo se incorpora la belleza”. Un reto para la educación.

Fuente: http://www.lavanguardia.com/estilos-de-vida/20131011/54390829826/cuando-ser-guapa-es-un-problema.html

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