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02oct2012

Trabajar desde casa

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Tendencias: Cuando tu casa se viste de oficina
El teletrabajo es una tendencia en auge, gracias a herramientas como el chat y la videoconferencia. La práctica tiene muchas ventajas pero… ¿es posible evitar que el empleo invada la vida familiar?
Por Cintia Perazo  | Para LA NACION
 
 
En el noticiero matutino, el meteorólogo avisa que diluvia y hay alerta de granizo para toda el área metropolitana y el conurbano. Luego, otra buena noticia: todos los accesos a la ciudad están colapsados. Con todo, hay profesionales que no perderán el buen humor en esta mañana tormentosa. Hace años que decidieron trabajar desde sus hogares.
 
Pionero
Hace quince años, Pablo Marrone, ejecutivo del coloso informático Cisco, fue uno de los primeros en animarse a ser teletrabajador. «Vivo a 66 kilómetros de la empresa y como mi puesto abarca toda América latina viajo con mucha frecuencia. Por eso, cuando estoy en la Argentina trato de estar la mayor cantidad de tiempo posible con mi familia. El teletrabajo cambió varios aspectos de mi vida y me ayudó mucho», relata.
Marrone, un ingeniero en electrónica de 49 años, se levanta muy temprano, corre por una hora, lleva a sus hijos al colegio y luego vuelve a su casa para comenzar su jornada laboral.
«Los teletrabajadores somos personas que realizamos nuestras tareas sin necesidad de ser supervisados», observa.
Los hijos también son importantes e influyen a la hora de trabajar desde el hogar. «Cuando eran muy pequeños era difícil que entendieran que yo estaba en casa, pero trabajando. Actualmente suelo hacer muchas videoconferencias y mis hijos saben que cuando hablo con alguien en mi estudio es muy probable que salgan en cámara si entran. Tanto es así que el menor, que ahora tiene 12 años, abre la puerta y viene cuerpo a tierra hasta llegar a tocar mis pantalones, para preguntarme por lo bajo si la cámara está prendida o no», dice Marrone.
A pesar de las ventajas que le ofrece el teletrabajo, el ejecutivo de Cisco acepta que esta modalidad requiere de un cambio cultural, tanto por parte de los empleados como por los empleadores.
No obstante destaca con una sonrisa cómplice: «Hago con frecuencia reuniones con clientes utilizando la computadora y una cámara externa que ofrece mejor calidad de video. Esta cámara sólo me enfoca el torso, por lo cual muchas veces en verano tengo camisa, corbata, bermudas y ojotas. Esos son otros detalles en los que se gana con este tipo de modalidad de trabajo».
 
 Disciplina y agenda
Andrea Gurovich, directora del área de pymes, canales y socios de negocio de Microsoft, trabaja desde su domicilio dos veces por semana. «No tengo días fijos porque me voy organizando según las tareas diarias», dice. Para Gurovich, que tiene dos hijos, es muy importante tener la posibilidad de teletrabajar dos días a la semana. «Me ayuda bastante a balancear mi vida personal con mi vida profesional -evalúa-. Puedo asistir a las reuniones en el colegio y estos días, al evitarme el viaje, termino trabajando más horas que si fuera a la oficina.»
De todas maneras reconoce que a veces se puede complicar el trabajo con los niños dando vueltas por la casa. «Mis hijos van a la primaria doble turno, por lo que cuando trabajo desde casa las llamadas o reuniones las hago mientras están en la escuela. Y dejo las tareas analíticas y el envío de e-mails para los momentos en que ya están de vuelta.»
Por la tarde, cuando los chicos llegan del colegio, Gurovich merienda con ellos y mientras los niños hacen su tarea, juegan o miran televisión, vuelve a su escritorio y trabaja por una o dos horas más. «Trato de tener una agenda planificada desde el día anterior e intento cumplirla. Creo que es fundamental tener disciplina», sostiene. Andrea todavía recuerda que hace tres años, su hijo más chico -hoy de 6- en media lengua le preguntaba: «¿Mamá, estás en un call?», o cuando su hijo mayor, con una computadora de juguete, se sentaba junto a su padre y le decía con expresión muy seria: «Por favor, no pongas la televisión muy fuerte que estoy trabajando». «Tanto mi marido como yo trabajamos algunos días desde casa, por eso mis hijos imitan esa dinámica familiar», observa.
Gurovich advierte que cuando se trabaja desde casa también hay que tener cuidado para no invadir la vida personal. Deben respetarse los horarios familiares. Es importante organizarse y entender desde qué hora y hasta qué hora dura la jornada laboral.
«Hay que evitar trabajar los fines de semana, pero en caso de que sea necesario debe hacerse a conciencia, como si estuvieran yendo a la oficina», sugiere.
 
 De lejos
Alejandro Tomas, un analista que trabaja en el área Procesos y Normas del Grupo Telecom, no dudó en aceptar transformarse en teletrabajador cuando se lo propusieron en mayo de 2010.
Es que este ingeniero industrial de 33 años es oriundo de La Plata y aún vive en su ciudad natal, por lo que el traslado diario hacia la oficina se estaba tornando cada vez más complicado. «Hoy me levanto por la mañana y tengo la tranquilidad de que no voy a tener ninguna complicación con el tránsito, y con eso comienzo mejor mi jornada. Desayuno y me conecto con mi notebook a los sistemas de la compañía, al correo corporativo, a las herramientas como el chat interno, y comienzo a trabajar como si estuviera en el edificio de Telecom. Mi semana pasó a tener por lo menos doce horas más que puedo usar para temas personales o cuestiones de familia», dice Tomas.
¿Pero no se siente aislado o solo al perder el contacto diario con sus compañeros de trabajo? «No -responde de inmediato. Es que en Telecom el régimen de esta modalidad es de tres días de teletrabajo y dos días presenciales en la oficina-. Ese balance de tres días fuera de la empresa y dos en la oficina es ideal para mí. Por un lado se convierte el tiempo improductivo de trasladarse diariamente y, por otro, no se siente el aislamiento porque hay dos días en la semana que se concurre a la oficina. Además tenemos todas herramientas de comunicación necesarias para poder mantenernos en contacto y online con el resto de los compañeros del trabajo a través de videoconferencias, llamadas telefónicas y chat corporativos», resume.
Por lo que parece, con algo de disciplina y algo de sentido común se puede tener lo mejor de los dos mundos.

Fuente: http://www.lanacion.com.ar/1512709-cuando-tu-casa-se-viste-de-oficina

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